Tal y como comenté en la presentación de la Cátedra en la Feria Agrícola de Mediterráneo a finales de Marzo, esta Cátedra, que tengo el honor y la responsabilidad de dirigir, nace de la inquietud del sector agrícola en la búsqueda de soluciones para superar toda una serie de retos de sostenibilidad y, por otro lado, de la obligación que tiene la Universidad de prestar su apoyo a la sociedad. En este caso concreto, la Escuela de Agrónomos de Cartagena no podía ponerse de perfil ante la grave situación que está atravesando el sector por los problemas medioambientales, aunque algunos grupos de investigación ya llevan tiempo investigando y generando el conocimiento necesario para afrontar estos problemas. Creo que hacía falta una acción institucional para intentar agrupar o aglutinar todos esos conocimientos ya existentes para transferirlos al sector y para promover la generación de nuevos conocimientos y desarrollos tecnológicos, buscando también colaboración con otros centros de investigación de la región e incluso de fuera de ella.
“Los agricultores del entorno del Mar Menor apuestan por la innovación, la ciencia y la tecnología para asegurar la sostenibilidad”
A los agricultores no les tenemos que explicar la gran importancia socioeconómica del sector, motor de desarrollo económico de la Región de Murcia desde que la agricultura apostó por la investigación, el desarrollo y la innovación. Han constituido un sector líder en la región, e incluso a nivel nacional e internacional, pero mantener un liderazgo supone un esfuerzo constante. Ahora llega otro momento de esfuerzo, apostando aún más fuerte por la innovación, la ciencia y la tecnología, para asegurar la sostenibilidad del campo de Cartagena. Así lo ha entendido el sector agrícola del campo de Cartagena y lo demuestra propiciando la creación de esta Cátedra, promovida por Fecoam y Coag y con la participación de trece empresas y cooperativas agrícolas (Coagacart; Levante Sur; Fruveg; Gregal; Hortamira; La Pacheca-Spalm; Sociedad cooperativa Cota 120; Agricultura Y Exportacion; San Cayetano; Camposeven; Agricola del Sureste; Sol Y Tierra Campo De Cartagena y Surinver), dejando la puerta abierta para que se sumen otras organizaciones agrarias y entidades financieras.
El mantenimiento de los suelos, de los recursos hídricos y de los ecosistemas naturales de la Tierra debe ser una prioridad en las políticas internacionales si queremos seguir sustentando en ella nuestro mundo. Tengamos en cuenta que en el año 2050 seremos 9.000 millones de habitantes sobre el planeta y sería justo que todos ellos pudieran ingerir alimentos al menos tres veces al día. Para conseguir este reto alimentario hay que mantener la salud de los ecosistemas que proveen servicios esenciales para la agricultura (agua limpia, defensa del suelo contra la erosión, polinización, etc.).
En mi modesta opinión, la compatibilización de la actividad agraria con el reto de alimentar a una población creciente debe estar en el avance tecnológico. De hecho, ya ha sido demostrado que en países desarrollados con una agricultura productiva, producir más en menos superficie ha permitido una expansión de los bosques y otros ecosistemas naturales que en su día fueron diezmados para el cultivo. Esto no significa que la agricultura productiva no genere otros problemas ambientales, pero la detección y el reconocimiento de dichos problemas genera la búsqueda constante de nuevas prácticas agrícolas cada vez más respetuosas con el medio ambiente. Pero, reconociendo la problemática medioambiental que la agricultura genera en cualquier parte del mundo, en un mundo globalizado como el nuestro no tiene sentido, ni es ético, ni inteligente trasladar el problema a otras zonas del planeta más alejadas de nosotros, dejando de cultivar aquí para cultivar en otros países en vías de desarrollo con muy pocas garantías en cuanto a la seguridad alimentaria y en cuanto al respeto al medioambiente. Al final, el deterioro ambiental de esas zonas alejadas nos afectaría igualmente; el ejemplo lo tenemos en el fenómeno del cambio climático.
“Nuestra obligación es desarrollar tecnología que impida el deterioro ambiental, que restaure zonas degradadas y que sea exportable”
Creo que la solución real no está en dar un paso atrás sino un gran salto hacia adelante, buscando productos y tecnologías limpias que respeten al máximo el medio ambiente. Nuestra obligación es desarrollar tecnología que impida el deterioro medioambiental y que permita la restauración ecológica de zonas degradadas y que además sea exportable a países en vías de desarrollo. En este sentido, las políticas de la UE en materia de medio ambiente que tratan de promover la economía circular buscando la revalorización de los residuos para su reutilización como subproductos deben ser escuchadas y puestas en práctica en todos los sectores productivos de nuestra región.
Los retos del uso eficiente del agua (más eficiente aún del actual), la retirada de los nitratos del acuífero y el uso más racional de los abonos nitrogenados serán las líneas a las que les daremos prioridad al inicio de la cátedra, sin olvidar otros programas que se pondrán en marcha a medio plazo (fomento de la biodiversidad, búsqueda de especies de cultivo alternativas, etc.). No nos olvidemos que, cuantos más puntos de apoyo busquemos para el sistema agrícola, más sostenible será. No obstante, hay que ser conscientes de que el reto es muy difícil si no se implican de lleno otros sectores productivos y las administraciones (una energía barata y limpia, por ejemplo, ayudaría mucho a la sostenibilidad del sector).
“La finalidad de esta cátedra de Agricultura Sostenible es ir aplicando al campo los nuevos conocimientos generados”
En definitiva, la finalidad de esta cátedra de agricultura sostenible es establecer una colaboración continuada entre las entidades participantes en dos vertientes fundamentales: la investigación e innovación por un lado y por otro la formación continua de los técnicos y egresados de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la UPCT. En relación a esa primera vertiente investigadora, se fomentará la innovación en el campo de la sostenibilidad agraria así como la transferencia y aplicabilidad al sector agrario de los nuevos conocimientos generados. La puesta en común de estos conocimientos con otros grupos de investigación se promoverá mediante encuentros de expertos, jornadas y congresos a nivel nacional e internacional. El fomento de la participación de los estudiantes en proyectos innovadores relacionados con el objetivo de la agricultura sostenible mediante la convocatoria de becas para alumnos que realicen sus proyectos fin de grado o de máster es otra de las acciones prioritarias que se ha marcado la cátedra. Por último, en temas de formación continua, se desarrollarán diferentes cursos formativos gratuitos para técnicos de empresas agrícolas y alumnos de último año.
Agradecemos la disposición a colaborar en la cátedra de los numerosos profesores de la UPCT y de otros centros de investigación, tanto de la región como de fuera de ella, así como el interés mostrado tanto por empresas públicas como privadas en conocer el desarrollo de la misma, a las que invitamos a sumar esfuerzos para hacer del campo de Cartagena un ejemplo de sostenibilidad agrícola.